Conservando depredadores tope en Península Valdés

Correo electrónico Imprimir
Foto: Jorge CazenaveFoto: Jorge Cazenave
 
 
Por Romina Bottazzi

Nota del Editor: La siguiente es la versión completa de un artículo de la 
Edición 16.
 
Durante más de un siglo, el puma ha sido considerado por la industria ganadera y otras actividades económicas de Argentina como una amenaza. El grave conflicto llevó a este felino al borde de la extinción. En algunas provincias todavía está vigente un antiguo sistema de compensación o incentivo a través del cual el gobierno paga por puma o zorro muerto. Incluso hoy son comunes las historias de cazadores, estancieros y campesinos que saborean con el puma como el menú del día.
 
Pese a ello, hoy en día el león de montaña está repoblando áreas donde antes se le había exterminado. Una situación que algunos afirman que va de la mano con la drástica reducción de la población de ovinos y el consiguiente aumento del nativo guanaco, que poco a poco parece ir recobrando su espacio en la pampa patagónica. Pero en parte también está vinculado con que en algunas áreas, como en Península Valdés, la caza de especies nativas quedó prohibida. Algo que cobró especial relevancia tras la declaratoria de la UNESCO, que en 1999 nombró al sitio como Patrimonio de la Humanidad. Aun así, son escasos los estudios que permiten tener una noción cabal del estado poblacional del puma en Argentina y su comportamiento en las distintas regiones del país.
 
De acuerdo a la legislación de cada provincia, este mamífero terrestre es considerado de forma diferente. Es así como mientras en algunas derechamente se prohíbe su caza, en otras es visto como especie dañina o plaga, permitiendo la caza libre durante todo el año. Bajo este panorama nace la Fundación Protejamos Patagonia, una ONG creada recientemente por profesionales de Península Valdés, cuyo objetivo principal es promover acciones medioambientales que acompañen y sustenten la declaratoria de sitio Patrimonio de la Humanidad. A corto plazo, la intención es promover proyectos que ayuden a mitigar el conflicto entre los ganaderos y la fauna nativa.
 
 
Un perro protector de rebaño en Cochrane, Aysén. Los ganaderos de la zona de Cochrane han utilizado con éxito a los perros protectores para espantar a los predadores como el puma. Foto: Jimmy ValdesUn perro protector de rebaño en Cochrane, Aysén. Los ganaderos de la zona de Cochrane han utilizado con éxito a los perros protectores para espantar a los predadores como el puma. Foto: Jimmy Valdes
 
 
Tomando en cuenta los beneficios que el ecoturismo y la observación de especies nativas ha traído a la zona, lo que se busca es establecer una forma de coexistencia, un equilibrio entre la producción ganadera y la fauna autóctona. De hecho, no son pocos los ganaderos que han comenzado a dar un giro hacia el turismo, la conservación y la sustentabilidad.
 
La evidencia existe. La costa de Península Valdés resulta un ejemplo cercano y palpable. Hace un siglo se cazaban ballenas, pingüinos, lobos y elefantes marinos en toda la zona. Hoy, el ecoturismo ha llevado a cambiar el paradigma, transformándose en una importante fuente de ingresos que invita a miles de visitantes por año a disfrutar de uno de los mejores lugares del mundo para observar ballenas y fauna marina. Esto ha realzado la importancia de la conservación, un modelo perfectamente replicable para los depredadores tope de Península Valdés, con el puma como piedra angular.
 
Con las donaciones como el motor principal, la Fundación Protejamos Patagonia tiene previsto como primer proyecto la compra de dos parejas de perros protectores de rebaños, los cuales han probado su valía cuando son criados junto a las ovejas, protegiéndolas al ahuyentar a los depredadores tope. Así se busca dar el puntapié inicial para mitigar el conflicto entre ganadores y fauna nativa. Será el primer paso de muchos otros en pos de la conservación.
 
La autora, Romina Bottazzi, dirige la compañía Bottazzi Whale Watch, y es fundadora de la Fundación Protejamos Patagonia, la cual realiza campañas de educación ambiental para proteger al puma y otros animales salvajes de la región.