Es una buena cosa que cada día exista más pescadores que, aunque desorganizados y poco involucrados, sienten algún interés en el futuro de las truchas en Chile. Sin embargo, un futuro que por cierto sería algo difícil de pronosticar de aquí a algunas décadas más, esto último trataré de explicarlo de manera sencilla y no tan técnica para el mayor entendimiento de todos.
Se discute mucho sobre si la pesca con devolución ayuda o no a proteger a las truchas. Yo en lo personal pienso que aunque es solo parte de lo que se necesita hacer es efectivamente muy útil para ayudar a la preservación de éstas. Existen como en todo detractores que no están de acuerdo y pensarán que devolver los peces al agua no presta ninguna utilidad. Bueno ideas pueden haber de todo tipo gustos y hasta las más insólitas.
Ahora, si bien pienso que la pesca con devolución es muy beneficiosa, también pienso que no es suficiente o no es TODO lo que se debería hacerse si se quiere o pretende mantener, o mejor aún mejorar la calidad de la pesca de aguas continentales en nuestro país. Así es, para ello se debe pensar en los cursos y lagos de agua dulce de manera sistémica, por que eso son, sistemas hidro-biológicos donde existe una casi infinita gama de interacciones entre organismos vivos e inertes que lo componen, los que finalmente sustentan o permiten que vivan en el especies de interés deportivo como son nuestras vapuleadas amigas. Me llama la atención que hasta ahora no he escuchado de la necesidad de proteger todas las especies que habitan los cursos y espejos de agua dulce del país.
Pienso que lo que habría que hacer es proteger con la misma energía que las truchas a las especies que son alimento de las mismas. A su vez las especies que alimentan a las truchas también tienen alimento al que también hay que proteger. Por ejemplo, existe una especie de gran valor para las truchas en el sur de Chile como es la Peladilla que ha sido muy mermada por el consumo humano luego de décadas de extracción, también por la contaminación y el desequilibrio causado por escapes de especies no deseables desde la industria salmonera, las que mermaron aún mas dramáticamente esta especie. Volviendo al ejemplo, las Peladillas comen todo tipo de organismos vivos que le aporten proteínas, tales como insectos sub-acuáticos, pequeños adultos alados de tricópteros o efemerópteros, etc…si se contamina y ello causa efectos en su alimento y por consiguiente a su especie, finalmente se rompe la cadena.
En los ríos de sur de Chile podemos encontrar dentro de esta compleja cadena entre otras las siguientes especies, comenzando por los insectos sub-acuáticos encontramos las familias de Efemerópteros, Plecópteros, Tricópteras, Dípteros y Odonatos. Insectos terrestres como el saltamontes (orthoópteras) , hormigas (himenópteros) , diferentes gusanos tales como larvas de insectos, lombrices de tierra (anélidos), etc…Los Arthropodos de la clase crustacea de agua dulce tales como Pancoras y Camarones, y por último especies de peces menores tales como Peladillas, Pejerrey, Puyes y Bagres. También son importantes los alevines de Perca-truchas y de otras especies de truchas e incluso de sus propias pares debido a que ellas presentan canibalismo. Como ven esta cadena es bastante más compleja que lo que la mayoría piensa.
En general, con excepciones por supuesto, pienso que la mayoría de los ríos y lagos del país tienen hoy un stock de todas las especies mencionadas muy inferior a un pasado no muy lejano. Razones hay varias, pero dos son las más importantes y se deben a la acción del hombre, excesiva presión de pesca y extracción, y la más importante, la contaminación en aumento, esta incluye a la del sector acuícola salmonero e industrial en el sur de Chile.
Todas las acciones humanas han provocado un deterioro de la biomasa de organismos vivos ya sea flora y fauna sub-acuática, influyen ciertamente en la calidad y cantidad de truchas que puede sustentar un lugar. Es entonces algo imposible pensar, que solo con hacer pesca con devolución un lugar podría volver a recuperarse para ser nuevamente como antaño hace 40 o 50 años atrás. Por esos años los ríos y lagos chilenos tenían muchas truchas y de una talla promedio que hoy sería imposible de imaginar, pero de igual manera otra gran diferencia con hoy día, es que había gran cantidad de alimento para ellas, sustento que les permitía crecer en grandes tallas.
Es indispensable si realmente se desea restaurar la pesca de truchas de sus inicios en Chile, recuperar la población de toda la gama de peces nativos y de crustáceos de agua dulce. La solución no es fácil, tampoco hoy tengo claro si es técnicamente posible hacerlo, pero creo primero se debe urgentemente disminuir la contaminación de los cursos de agua dulce continentales. Luego, lo que se podría hacer es repoblar ríos y lagos de algunas de estas especies nativas, tales como Peladilla Puyes o Pejerreyes, las que sea técnicamente posibles de cultivar. Luego de eso creo que algún día podremos soñar con una pesca que podría acercarse a la de 5 décadas atrás, aunque en lo personal creo que nunca se volverá a dar algo similar. Pero lo que sea que se pueda hacer tiene que ir de la mano de una legislación ambiental más estricta y mejores mecanismos de control de ellas.
Por otra parte pienso que técnicamente todo o casi todo es posible de realizar, la pregunta que cabe hacerse, ¿habrá en Chile la voluntad de todos para luchar por ésto? Hoy en día, y es mi experiencia personal, hay muy pocos que luchan por estos valores, ellos están muy solitarios en una lucha contra molinos de viento. También cabe preguntarse…¿habrá voluntad política para hacerlo? Difícil mientras sean solo un puñado de personas que se la juegan. Se que no es fácil unir a nosotros los chilenos en torno a algo, pero si no se hace algo pronto, la pesca de grandes y bonitas truchas cada vez más será un recuerdo guardado en archivos fotográficos de libros, revistas y compilados de pescadores.