Orquídeas: la efímera belleza de Torres del Paine

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Para quienes hayan tenido el privilegio de visitar el Parque Nacional Torres del Paine, no cabrá lugar a dudas de que la belleza paisajística que alberga éste lugar, es extraordinaria. El macizo montañoso al que el Parque debe su nombre, postal por antonomasia de Chile en el mundo, se alza abruptamente hasta poco mas de 3 mil metros de elevación, generando una diversidad de paisajes representativos de la zona austral de Chile que incluye extensos lagos, ríos, montañas, valles, ventisqueros y glaciares. Estos paisajes a su vez sostienen una variedad de ecosistemas tales como la extensa y llana Estepa Patagónica, bosques con centenarios árboles, matorrales ricos en especies nativas, y pantanos fríos, entre otros, dominados por especies endémicas tan emblemáticas como el Coirón, el Calafate, la Lenga, el Neneo o el Notro.
 
Es ésta representativa heterogeneidad, la que le dió el mérito para obtener su galardón por la UNESCO, como Reserva Internacional de la Biosfera en 1978.
 
Aunque para cualquier observador la belleza de los paisajes en Torres del Paine es patente, existe otra belleza, menos evidente, minúscula e inexplorada, pero tan sublime como la de las montañas o valles. Esta belleza se oculta durante los meses de invierno bajo el frío suelo de los bosques y emerge luego, con celeridad hacia la superficie para saludar a la primavera: son las orquídeas, un pequeño grupo de plantas, que mas allá de la elegante hermosura que nos regalan, guardan aún celosas, los secretos de su afanosa existencia en éstos remotos parajes australes.
 
Las orquídeas representan a una familia de plantas vasculares muy diversa. Se estima que este grupo alberga en el mundo unas 25 mil especies diferentes, concentradas principalmente en zonas tropicales. Son plantas herbáceas, la mayoría de hábitos perennes, viven sobre el suelo (terrestres) o usan otras plantas como sustrato para establecerse (epífitas). Son atractivas para fines horticulturales y se distinguen entre otras plantas por la peculiaridad de sus flores, especialmente las transformaciones que sufre el labelo, o “pétalo central”, que presenta complejos colores y formas, a veces como si imitasen a los insectos que las polinizan. Las orquídeas desarrollan complicadas interacciones con sus polinizadores (abejas, avispas), así como también con hongos en el suelo, con los que sus raíces forman relaciones simbióticas.
 
La orquídea Gavilea littoralis (izquierda) y las famosas Torres del Paine. Gavilea lutea, una orquídea frecuente en los senderos de caminata del parque. Fotos de Claudio Vidal.
 
Las especies en Chile conforman un pequeño grupo dentro de la gran familia de las orquídeas. Se estima que existen unas 49 especies, entre las cuales prácticamente todas son endémicas del país y contienen un enorme potencial científico y educativo. De entre las especies de orquídeas Chilenas, se estima que al menos 10 habitan los diversos ecosistemas de Torres del Paine, incluyendo la primera variedad de flores albinas descrita en la naturaleza en Chile (Chloraea magellanica). Estas especies se han encontrado principalmente en matorrales y bosques, en suelos que contienen abundante materia orgánica. Las orquídeas en Torres del Paine han sido lamentablemente, muy poco estudiadas. Los antecedentes sobre sus patrones distribucionales o los hábitats que prefieren son escasos, y de momento, nada se conoce sobre su biología reproductiva, los insectos que las polinizan, o los organismos con los cuales establecen relaciones simbióticas. De acuerdo a prospecciones realizadas por el grupo de voluntarios de AMA Torres del Paine (ver recuadro), muchos de los senderos turísticos están colmados de orquídeas, lo cual las potencia como producto de interés para los turistas interesados en la naturaleza, como aquellos especialistas en plantas (botanizing) y safaris fotográficos. Actividades como éstas podrían ayudar a incrementar el interés y la valoración de las orquídeas en Torres del Paine y redundar en planes e iniciativas que promuevan su conservación e investigación científica. Esta valoración urge, particularmente tras los catastróficos incendios que han afectado vastas superficies en el Parque Nacional y que han degradado sus hábitats y las condiciones que requieren para desarrollarse.
 
La conservación de las orquídeas en Torres del Paine puede ser impulsada además, por modestas pero concretas medidas que ayudarían a desentrañar secretos sobre su biología y ecología, que han permanecido deleznablemente por años desatendidos: a) implementar un muestreo sistemático en Torres del Paine para determinar el grado de rareza de las especies; b) desarrollar una base de datos con información morfológica (tamaños, cantidad de flores) y fenológica (tiempos de floración); c) caracterizar los habitats y condiciones de sitio en que se establece cada especie para conocer sus requerimientos ecológicos y; d) determinar potenciales amenazas sobre sus poblaciones (pastoreo por ganado doméstico, pisoteo por turistas).
 
La investigación sobre las orquídeas del Paine apenas comienza. Hasta ahora, sólo están definidos sus atributos taxonómicos, y básicos aspectos distribucionales, pero se espera incrementar su conocimiento a través de sucesivas campañas de investigación que logren desentrañar progresivamente los secretos que para la ciencia, la biología de estas plantas aún esconde, mas allá de su sublime y efímera belleza.
 
Mas información:
 
Novoa P., Espejo J., Cisternas M., Rubio M. & E. Domínguez (2006). Guía de Campo de las Orquídeas Chilenas. Corporación de la Madera, Concepción, Chile.
Vidal O. J. (2007). Flora Torres del Paine (second edition). Fantástico Sur, Punta Arenas, Chile.
Vidal O. J., San Martín C., Bauk V., Mardones S. & C. F. Vidal (2012). The Orchids of Torres del Paine Biosphere Reserve: The Need for Species Monitoring and Ecotourism Planning for Biodiversity Conservation. Gayana Botánica 69: 136-146.
 
 

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