Nota del Editor: Este vídeo es parte de una serie de 4 videos que se publicará todos los lunes de este mes por el grupo estadounidense Ríos Libres.
Había una agradable lluvia esa mañana en Aysén, hasta el afluente del glaciar del río Baker. Las gotas caían atreves del techo de una casa de una sola habitación donde un joven llamado Felipe Henríquez, parado al lado de la cocina chispeante me contaba sobre como la privatización del agua en Chile, y como la venta de los ríos ha interrumpido el curso de la vida. “Mi padre no puede sacar agua del Baker para sobrevivir. Fue vendido a Hydroaysén. Le pertenece a Endesa y Cobún. Claro que puedes regar con ella, pero es ilegal”, dijo Henríquez.
Endesa, una poderosa compañía multinacional perteneciente al gigante energético italiano Enel se unió a la compañía de energía Chilena Colbún para planear una represa en el río Baker y otros ríos en esta región sin represas.
La mesa en la casa fue hecha con una motosierra, y sobre ella había una vela a medio derretir y una botella de la noche anterior. Recién habíamos terminado el desayuno.
“Esta es una tierra inestable. Este año, terremotos. El año pasado, el volcán Chaitén. Centralizar el poder en este ambiente es un error”, dijo Henríquez.
Él trataba de encontrar razones para que las represas y las infraestructuras energéticas no se construyan en esta región aislada y prístina. Aysén es geológicamente inestable. Es uno de los lugares más activos en el planeta, donde las placas tectónicas se chocan entre sí, que levanta en Los Andes una fanfarria de terremotos y volcanes. Mientras, el derretimiento acelerado de los glaciares en Aysén ha dado como resultado una explosión catastrófica de inundaciones, con torrentes cargados de escombros que han arrasado con bosques completos. Algunas veces, las inundaciones provocadas por los glaciares han causado que el río Baker, el más voluminoso en Chile, aumente en más de tres metros e incluso cambie s dirección corriendo hacia arriba por algunos días. Este es un lugar dinámico, una de las regiones con los derretimientos de glaciales más rápidos en el mundo, por lo que no es la mejor opción para un par de represas.
Pero Henríquez no está tan preocupado por la seguridad física de las posibles represas. Él las resiste porque esta tierra le pertenece, y las represas cambiarían eso para siempre. Nacido y criado en Aysén, explica que el mayor recurso de la Patagonia es su pureza, no su poder. “Es el cambio de una vida pacífica a una vida industrial”, dice. “Las represas serán la llave para las industrias en la Patagonia. Primero las represas, y después…no sé”.
Vivir en la naturaleza, en parajes montañosos con grandes glaciares que corren por los valles cambia la forma en que ves el tiempo y el lugar. “Pensar en 500 años, no en 50, eso es en lo que yo creo. Quiero preservar mi región para mi, mis hijos, el mundo, para ti”, dice Henríquez.
Cuando le pregunté si era un activista, respondió que no, que es un habitante, Cuando le pregunté qué significaba eso, me lo tradujo al inglés: inhabitant. El vive aquí. El pertenece a aquí. Aquí: un lugar sin represas.
El autor, Craig Childs, ha publicado más de una docena de libros críticamente alabados, es un comentarista para la National Public Radio's Morning Edition. Es un editor colaborador de At High Country News, y enseña escritura en la Universidad de Alaska en Anchorage y en la Universidad de Southern New Hampshire.
Fotos gentileza Rios Libres