El fotógrafo chileno Roberto Candia (43) es parte del selecto jurado que tendrá la misión de elegir las imágenes ganadoras del 2do Concurso de Fotografía de la Patagonia.

 

La marcada influencia recibida por su padre, Sergio  -fotógrafo aficionado-, sumado a sus años de infancia y juventud vividos en la sureña ciudad de Puerto Montt, hacen de Roberto un ojo experto y calificado para premiar a quienes lograron captar la esencia de los paisajes del sur del mundo. Desde los doce años comenzó a registrar la vida de su familia y entorno, desarrollando posteriormente lo que sería su gran pasión.

 

Es reconocido internacionalmente por su trabajo en The Associated Press, y sus fotos han sido publicadas en The New York Times, The Washington Post y The Guardian. En el último tiempo ha destacado por retratar las grandes tragedias de Chile. Su foto del hombre con la bandera chilena luego del tsunami del 2010 dio la vuelta al mundo, además de la exhibición en París del ensayo fotográfico “Plan B,  sobre la vida en el campamento Esperanza durante el rescate de los 33 mineros.

 

Para mí las imágenes del sur tienen mucho que ver con aspectos personales de mi infancia, como los generosos espacios de praderas interminables, los bosques, el Lago Llanquihue, los volcanes, el mar, la lluvia y la gente que enmarca siempre sus vidas en estos paisajes de belleza infinita.

 

La belleza del paisaje es algo que siempre atrae a la gente, pero a mí me gusta mirar un poco más la coexistencia de estos parajes con la vida de la gente que vive allí. De esta forma he intentado rescatar la vida de la pequeña comunidad que habita en la Isla Maillen a través del proyecto “Lo que aprendí de ti”, donde junto a mi padre busco retratar como este pueblo conserva sus tradiciones y puede vivir totalmente ajeno a la modernidad.

 

Sí, estoy en la fase de cierre de este proyecto que fue financiado por FONDART, que entre otras cosas, incluía exposiciones en Puerto Montt y Santiago, además de un libro con 80 fotografías de la isla. Este proyecto fue además desarrollado íntegramente con cámaras de formato medio 6x6, y película 120 en BN, lo que nos permitió hacer énfasis en torno a la reflexión lógica del proceso fotográfico, que de alguna manera se ha ido perdiendo con la llegada de las nuevas tecnologías.  

 

 

 

Siempre será muy difícil tener una definición exacta de lo que es una gran fotografía y de lo que puede ser otra simplemente buena. En lo personal trato de explicarlo de la siguiente forma: una gran fotografía debe ser capaz de dar “tres brincos”. El primero va al estómago, aquello que te mueva por dentro; el segundo al corazón, aquello que convoque a la emotividad o los sentimientos, y el tercero a la cabeza, aquello que propicie una reflexión para luego instalarse en la memoria de una persona. Si una fotografía es capaz de tener esta secuencia de “brincos”, seguramente estamos ante una gran fotografía.

Para el concurso, ¿cuáles serán tus parámetros para seleccionar a las mejores fotos?

Es muy importentante tener claro que la fotografía tiene una capacidad única de promover la belleza como muchas otras cosas, pero para mí la fotografía debe tener una propuesta que convoque siempre a una reflexión, aún así sea de la belleza o de la problemática social.  Una fotografía debe siempre proponer algo a quién la observa.

¿Qué consejo le darías a quienes quieren mejorar sus fotos de naturaleza?

En la naturaleza o en cualquier otra temática que estemos abordando como fotógrafos, debemos tener siempre presente que cuanto más tiempo dediquemos a la observación y desarrollo de nuestros proyectos fotográficos, siempre iremos viendo mejores resultados. Salir a fotografiar la naturaleza implica la comprensión del tema que vamos a retratar. Un fotógrafo bien informado siempre tendrá mucha ventaja por sobre quién no tiene mayores nociones de lo que está fotografiando.