“Los colores de la muerte y vida de una ballena”, por la fotógrafa Keri-Lee Pashuk

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Foto: Luciano InvernizziFoto: Luciano Invernizzi

 

Por Cristóbal Pérez R.
 
En 2015 se encontraron más de 300 ballenas muertas en la Patagonia chilena. Es el mayor evento de mortalidad de cetáceos que se tenga registro. Keri-Lee Pashuk fue parte de las expediciones científicas que buscaban las causas de este fenómeno. Fueron dos excursiones entre el Golfo Tres Montes y la Isla Madre de Dios, entre enero y junio de 2016. En sus viajes registró 367 ballenas sei varadas, que murieron “probablemente por una marea roja tóxica causada, entre otros factores, por las altas temperaturas del agua”, según explicó la artista.

En las expediciones realizadas, mientras los científicos estudiaban las ballenas haciendo mediciones y tomando muestras, Keri-Lee aprovechaba de tomar las fotografías. El resultado es fantástico: la exposición “Los colores de la muerte y vida de una ballena”, que abrió sus puertas el lunes pasado en el Casino Dreams de Puerto Varas.

“Todo era espontáneo: iba arriba del bote con los científicos, y mientras ellos hacían su trabajo, yo, si es que alcanzaba, ponía el trípode —tal vez sobre grasa de ballena— y tomaba las fotos. Todo lo más rápido posible, sin mucha preparación”.

Pashuk cree que si ella no muestra este fenómeno, nadie más lo hará, por lo que su exposición es de gran importancia. “A mi me gusta capturar los momentos, y si ese momento me emociona, quiero compartirlo”, asegura. Con estas fotos, Keri-Lee busca generar un impacto: “que las personas piensen y reflexionen: si esto le ha pasado al tercer mayor mamífero del mundo, ¡que será de nosotros los humanos!”.
 
 
Keri-Lee en terreno. Foto: Katie McConnellKeri-Lee en terreno. Foto: Katie McConnell
 
 
Para ella, hemos ido perdiendo la capacidad de asombrarnos, así como también la curiosidad y la sensibilidad con el ambiente que nos rodea. A través de la fotografía, Keri-Lee quiere devolverle la sensibilidad a las personas, compartiendo las experiencias que ella ha vivido y que le han provocado sentimientos. “Hay experiencias que son buenas, pero hay otras, como esta, que son malas, o no tan buenas.  Pero después de la muerte viene la vida, todo vuelve a un equilibrio”. Como el nombre de la exposición lo dice, Keri-Lee quiere que la gente vea los colores de la vida y de la muerte, “que se den cuenta que en la muerte también hay vida”.

Pashuk sostiene que la fotografía es una de las muchas maneras que existen para construir un momento, una realidad. “Así como mi marido construye a partir de la escritura, yo muestro los momentos a través de la fotografía. Hay personas que pueden leer un artículo científico sobre este evento de mortalidad de ballenas y entenderlo, pero hay otras que tienen otra sensibilidad, que perciben mejor las cosas de otra manera, como por ejemplo a través de las imágenes. Es por esto que existe esta exhibición".

“Los colores de la muerte y vida de una ballena” se mostró primero en Punta Arenas, y la fotógrafa pretende exhibirla posteriormente en Concepción y Valdivia, para luego, ojalá, llegar a Londres. Keri-Lee espera que en este recorrido haya gente que se interese y haga su aporte en la protección de los cetáceos. Esta es su tercera exhibición: en otras ocasiones mostró sus experiencias en los mares y en los bosques.
 

Foto: Luciano InvernizziFoto: Luciano Invernizzi
 
 
Foto: Luciano InvernizziFoto: Luciano Invernizzi 
 
 
Foto: Luciano InvernizziFoto: Luciano Invernizzi
 
 
Una vida navegando
Keri-Lee lleva 27 años navegando los mares de ambos extremos del planeta junto a su marido Greg Landreth. Una aventura que para muchos parecería una locura, pero para ellos es un estilo de vida. Ella es canadiense, fotógrafa y artista visual; él neozelandés, escritor y andinista; ambos son navegantes y amantes de la naturaleza. Se conocieron en la Antártica, y luego mantuvieron el contacto a través de cartas.

En 1987 regresaron a la Antártica, atravesando el Pacífico a vela desde Nueva Zelanda. Greg iba a escalar. Naufragaron al sur de Cabo de Hornos, y pudieron llegar a Tierra del Fuego con el motor de su velero. Arreglaron el yate en Ushuaia, y después se fueron a Puerto Williams y Punta Arenas. Fue su primera visita a Chile. Desde entonces, han regresado muchas veces, y están postulando a una visa de residencia para hacer de Chile su hogar permanente. Hoy viven en su yate, entre las mencionadas ciudades del extremo sur, Puerto Natales y Puerto Edén, junto con su perrita Pichidangui, que les regalaron en su paso por la localidad del mismo nombre.

Fue en los años 1999 y 2000 cuando Keri-Lee dio sus primeros pasos en la fotografía, en una expedición que la llevaría desde Groenlandia hacia los hielos del Ártico, cerca del paralelo N 74°. Fue el comienzo de una carrera que ha complementado con estudios científicos en las latitudes más extremas de los hemisferios norte y sur, y que continuará con exploraciones en los canales y fiordos del sur de Chile. “Nosotros estamos yendo y viniendo, pero nuestro corazón está en la Patagonia”, concluye.
 
 
Keri-Lee en la exposición de fotos en Casino Dreams de Puerto Varas. Foto: Luciano InvernizziKeri-Lee en la exposición de fotos en Casino Dreams de Puerto Varas. Foto: Luciano Invernizzi

 
Datos útiles
“Los colores de la muerte y vida de una ballena”, de corte artístico, está compuesta por 17 imágenes (hay una imagen en el lobby del casino y 16 en el segundo piso) y un muro formado por 367 imágenes del tamaño de un ladrillo que representan a cada una de las ballenas. En ese espacio se pueden dejar “mensajes de lamento” hacia estos animales, y también hay un libro de visitas para dejar las impresiones que genera la exhibición, que se extenderá hasta el 20 de abril. La entrada es liberada.

Para más información sobre Keri-Lee y sus proyectos visita www.northanger.org y www.expedition2016.wordpress.com