Impacto humano amenaza biodiversidad única de fiordo patagónico

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La Tercera - Entre 10 y 15 metros de profundidad, en el fiordo Comau, Región de Los Lagos, se pueden ver corales de agua fría que en el mundo solo es posible encontrar a mayor profundidad, al menos a 40 metros, en Noruega, y hasta los 4.000 metros. “Son cosas muy especiales las que hay en Comau”, dice Vreni Häussermann, bióloga y directora del Centro Científico Huinay, ubicado en el lugar.
 
Allí se instalaron hace 14 años, y han visto cómo la biodiversidad ha ido recibiendo el impacto de la pesca y la salmonicultura, que ha aumentado en la zona. “Cuando llegamos era casi prístino, había tres salmoneras pequeñas, pero fuera de eso ni siquiera entraba transporte de barcaza ni la lancha que ahora viene dos veces por semana. No había nada, uno venía con su propia lancha o no se podía entrar. Era mucho más aislado y tranquilo”, dice.
 
Ahora hay 23 salmoneras, grandes centros a los que se suma la mitilicultura (cultivo de los moluscos del género Mytilus, como los choros). Su impacto se ve en la cantidad de basura en las playas, cuerdas, bolsas de alimento y aislapol. “Ha sido un cambio fuerte, se ven muchos menos mamíferos marinos y aves y la biodiversidad bentónica (del fondo) también está reducida y disminuyendo”, indica.
 
En el marco del IMPAC 4, que se realizó esta semana en La Serena, la investigadora contó que entre 2003 y 2013 se redujo la densidad de anémonas -que viven muchos años- en 75%. “En otras especies, como los decápodos (cangrejos), se nota que la disminución es más fuerte aún, ahora se les ve muy poco. Entre 2006 y 2011 ha habido una disminución muy grande”, dice.
 
¿Qué es lo que los afecta? Aún no tiene una respuesta única, porque hay tantos impactos que no se ha podido determinar qué afecta más y, muchas veces, una cosa puede empeorar el impacto de la otra, explica Häussermann. Entre los cambios que han visto está el exceso de nutrientes (eutrofización), que al menos se duplicó, de acuerdo a una estimación conservadora realizada en base a testigos de sedimento. “Por eso estamos observando muchas más floraciones de algas y mucho más fuertes también. Sabemos que hay una gran cantidad de antibióticos, de antiparásitos, muchas cosas diferentes. El fiordo Comau es uno de los lugares donde se usan más antibióticos en toda la región de Chiloé continental y eso obviamente tiene impacto”, enfatiza.
 
La sobrepesca de merluza, ya que incluso llegan barcos desde fuera del fiordo a extraerla, también los está afectando. “Cada uno le echa la culpa al otro, no vale la pena discutir mientras no tengamos los datos, no podemos decir quién tiene la culpa, pero sabemos que todo lo que se echa al fiordo tiene un impacto muy negativo para la vida marina y por eso hay que crear áreas protegidas”, dice.
 
En 2010, el Estado decretó un área marina y costera protegida de múltiples usos (AMCP-MU) en una faja de 75 metros de ancho, a lo largo de toda la costa del fundo Huinay. Pero ha sido insuficiente, por lo que tanto los investigadores como la Municipalidad de Hualaihué piden su extensión a todo el fiordo Comau.
 
“La estabilidad de un ecosistema depende de la cantidad de especies completa, porque todos están conectados y hasta ahora no sabemos cómo están conectados. Si empiezo a cambiar cosas, pongo en peligro el equilibrio y pueden perderse especies en forma rápida. Ni siquiera sabemos el ciclo de vida de algunas especies, hay muchas todavía no descritas -estimamos que tenemos entre 100 y 200 más todavía en frascos-, así que es un ecosistema muy poco conocido”, enfatiza. Leer mas..