La prohibición de las bolsas plásticas en Chile crea posibilidades para el futuro

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Por Zoe Baillargeon
Traduccion por Rosa Baranda
   
Entre los muchos problemas a los que se enfrenta la salud del planeta, la cuestión de la contaminación plástica es una de las más urgentes. Y la omnipresencia de las bolsas plásticas es un castigo especial para el medioambiente.
 
Las bolsas plásticas aparecen por todas partes. Barridas por el viento, empujadas por la corriente, tras ser desechadas por la gente viajan, circulan, se dejan llevar y acaban donde no deberían: en un campo lejano, en la rama de un árbol, o en el océano donde se convierten en la última cena de alguna pobre criatura.
 
Luego de ser usada apenas un minuto, esa bolsa va a tardar 500 años en descomponerse, o va a asfixiar a una tortuga.
 
Muchos países y ciudades ya han tomado medidas para eliminar el uso de las bolsas plásticas a través de su prohibición, y recientemente Chile se ha unido a esta lista al convertirse en el primer país sudamericano en prohibir las bolsas plásticas de un solo uso.
 
El esfuerzo comenzó en Chile en octubre de 2017, cuando la entonces presidenta Michelle Bachelet propuso la legislación que prohibía la venta de bolsas plásticas de un solo uso en 102 comunas costeras, con la esperanza de reducir los 8 millones de toneladas de desperdicios plásticos que entran en aguas chilenas cada año a lo largo de sus 4.300 kilómetros (2.671 millas) de costa. Las estadísticas gubernamentales muestran que actualmente el país utiliza unos 3,4 millones de bolsas plásticas al año.
 
Recientemente, el actual gobierno de Sebastián Piñera modificó la ley de Bachelet para incluir a todo el país. Las grandes empresas tienen seis meses para ajustarse a esta medida, mientras que los comercios más pequeños, como las tiendas familiares, tienen dos años para realizar el cambio.
 
 
El presidente de Chile, Sébastian Piñera, anuncio la ampliacion de la prohibicion de plasticos en el pais. Foto: Gobierno de ChileEl presidente de Chile, Sébastian Piñera, anuncio la ampliacion de la prohibicion de plasticos en el pais. Foto: Gobierno de Chile
 
 
La nueva ley que prohíbe las bolsas plásticas ha creado nuevas esperanzas para los activistas y los expertos que quieren prohibir otros tipos de plásticos, o ampliar y mejorar los programas de reciclaje, que ha resultado un gran problema para Chile. En 2016, un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), descubrió que tan solo el 4% de la basura en Chile se recicla, situación que intentó remediar el congreso chileno mediante una ley de 2017, que busca incrementar esa cifra al 30%.
 
“Es un paso positivo", dijo Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram, con sede en Santiago, sobre la nueva ley de prohibición de bolsas plásticas al New York Times. "Abre una puerta al avance y hablar de otros problemas relacionados, como el uso y reciclado de envoltorios plásticos para comida".
 
Chile tiene un especial interés en prohibir varias formas de plástico a lo largo de su extensa costa, porque como depende mucho del mar para la pesca, es fundamental mantener el plástico fuera del agua. Incluso cuando el plástico se descompone, nunca acaba por desaparecer: tan solo se hace más y más pequeño hasta que se convierte en un "microplástico", que termina en el estómago de peces y otras criaturas marinas, y después, eventualmente, podría llegar hasta nuestros platos.
 
Pero el cambio rara vez es fácil, y aunque la opinión pública en general está a favor de la prohibición, es probable que tarde un tiempo en adaptarse. Hacer la compra va a requerir pensar de antemano, recordar llevar bolsas reutilizables en el bolso y la mochila todo el tiempo. Empezar a reconsiderar la relación del ser humano con el plástico va a suponer un esfuerzo importante y fuerza de voluntad. Hará falta trabajo, cuando la razón de ser del plástico es que no requería esfuerzo alguno. Provocar que los consumidores se preocupen y quieran hacer el cambio es la mitad del trabajo, por eso el esfuerzo comunitario para promover el fin del uso del plástico es tan importante, como la campaña Plastic Free July (Julio sin plástico) que opera en 150 países y anima a la gente a pasar un mes sin plástico para ayudar a crear hábitos nuevos.
 
 
El surfista chileno Ramon Navarro recogiendo plasticos en una playa de las Maldivas. Foto: Corona X ParleyEl surfista chileno Ramon Navarro recogiendo plasticos en una playa de las Maldivas. Foto: Corona X Parley
 
 
Esta reportera ha visto varias cosas que le hacen pensar que el cambio ya va por buen camino aquí en Chile. Ve a cualquier mercado callejero un domingo y verás creativas mentes emprendedoras confeccionando bolsas reusables de algodón con toda clase de diseños curiosos y a la moda. Ciertamente cada vez más gente lleva sus propias bolsas a tiendas y supermercados, los cuales también están empezando a ofrecer sus propias alternativas reusables.
 
Cuando me iba a marchar de la casa de la madre de mi novio después de comer, ella me abordó con un "Espera, ¡casi se me olvida!", y se esfumó a otra habitación para volver a salir unos minutos después con los brazos llenos de bolsas reutilizables de algodón de varios estilos. "Toma, ¡llévate unas cuantas! ¡Acabo de comprar un montón!". Y me las expuso con los brazos abiertos.
 
Le dije que ya teníamos muchas de esas bolsas en casa, pero insistió. Elegí una con un patrón que me recordó la corteza del álamo. Ahora la uso casi siempre que voy a comprar. Pero lo que más me gustó de este encuentro fue su entusiasmo, sus ganas de compartir y de asegurarse que sus seres queridos también formen parte de la iniciativa de usar menos bolsas plásticas. Era pasar la responsabilidad, el "hagámoslo juntos". Así avanzamos todos juntos para poder cambiar juntos.
 
 
 

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