Por Zoe Baillargeon
Traducido por Rosa Baranda
Olvídate del miedo. Ese fue uno de los consejos más llamativos que Tommy Crosby y Tyler Michael recibieron el año pasado cuando salieron de Denver, Colorado, para embarcarse en un viaje en bicicleta de un año y 24.140 kilómetros, que culminaría en el “fin del mundo” en Punta Arenas, Chile. Para enfrentarse a un largo viaje repleto de incógnitas y lugares desconocidos no hubo espacio para dudas, y para disfrutar la aventura por completo tuvieron que abandonar la prudencia.
“Nos lo planteamos con una mente abierta,” recuerda Crosby.
El resultado fue un año de recuerdos increíbles, muchos de los cuales se pueden disfrutar gracias a su entretenido podcast, “The Spoken Tour” (El tour hablado), en el que el dúo comparte sus historias y experiencias por el camino.
“La idea de hacer un viaje como éste, con dos mejores amigos dispuestos a abandonar la rutina, el mundo real... no tuvimos dudas, estábamos decididos,” dice Crosby, hablando con Patagon Journal en un café de Valparaíso pocas semanas después de terminar su épico viaje, mientras se preparaban para volver a casa en julio. “También nos atraía mucho la idea de hacer algo impulsado por la fuerza humana.”
Como muchos otros originarios de Denver, Crosby y Michael salían continuamente de la ciudad los fines de semana para dirigirse a las montañas a caminar o andar en bicicleta y escapar de la ciudad. Pero incluso las magníficas Rocosas no pudieron saciar la sed de aventura que ambos sentían.
“La idea de viajar a estos lugares, llegar allí por nuestras propias piernas y estar ahí con la libertad que te da una bici para llevar contigo todo lo que necesitas, eso fue muy importante a la hora de decidirnos a hacerlo,” explica Michael, quien ya tenía algo de experiencia recorriendo largas distancias antes de iniciar este viaje (Crosby, en cambio, prácticamente no había andado en bicicleta fuera de la ciudad).
A medida que la idea empezó a cuajar, la siguiente pregunta era a dónde ir. Para ambos, la respuesta estaba clara: Patagonia. Tras visitar la región por primera vez en 2013, en un programa de intercambio ecológico en el que no tuvieron suficiente tiempo para explorar mucho más allá de la zona de Puerto Varas, los dos tenían ganas de regresar y ver la Patagonia adecuadamente.
“Literalmente no hay lugar igual en el mundo,” dice Crosby entusiasmado, añadiendo que, para ambos, su parte favorita del viaje fue pedalear por la Carretera Austral en la región de Aysén, en Chile. “Esa fue una etapa mágica.”
“Si íbamos a pasar un año de nuestras vidas esforzándonos por llegar a algún sitio, ahí es a donde queríamos llegar,” coincide Michael. “Ir en bicicleta, casi por definición, te obliga a reducir la velocidad y conocer en profundidad el lugar por el que estás pasando.”
Y así fue como el 8 de mayo de 2017 ambos salieron de Colorado, siguiendo una ruta planeada que habían expuesto al mundo en su página web. Al mismo tiempo empezaron a darse cuenta de la magnitud de lo que estaban haciendo, con cada trabajoso pedaleo cuesta arriba, desafiando la gravedad.
“Sólo podíamos pensar: ‘Esto es horrible, ¡¿qué estamos haciendo?!’”, se ríen los dos.
Pero tras varias semanas, su cuerpo y su energía empezaron a adaptarse a los rigores de montar a diario a través de todo tipo de climas y terrenos. Para cuando llegaron a la frontera con México, empezaron a disfrutarlo. Recorrieron América Central y del Sur, siguiendo la ruta establecida pero sin miedo a desviarse si algo les interesaba. Por el camino, sin embargo, también empezaron a encontrarse con problemas imprevistos vinculados con las relaciones humanas.
“Pasar el día entero con una persona. No hay ninguna ocasión en nuestras vidas en la que pasemos o vayamos a estar tanto tiempo con la misma persona, y eso te causa problemas,” dice Crosby. “Como seres humanos, necesitamos pasar tiempo solos. Simplemente aprender a lidiar con nuestra relación y cómo apoyarnos el uno al otro, yo diría que ha sido lo más difícil para mí.”
Pero donde hay momentos bajos también hay otros de éxtasis. La emoción visceral, física, de alcanzar las cimas de las montañas con la fuerza de las propias piernas. Mirar el mapa para ver dónde han estado y saborear el recuerdo de esos viajes. Sentir su fuerza y confianza recién descubiertas. Pero una de las grandes alegrías que se llevaron en este viaje - y que es uno de los principales temas de su podcast - fue la bondad de la gente.
“La ayuda que recibimos de perfectos desconocidos, tanta gente que a lo largo del viaje estuvo dispuesta a dejar lo que estaba haciendo para ayudar a estos dos ‘gringos’ ridículos en Spandex y neón a encontrar un lugar para dormir, o prepararnos una comida. Me encanta,” dice Crosby.
El podcast resultó ser un reto tanto técnico como creativo. Lo grabaron con sus teléfonos acurrucados en la carpa, compartiendo en un hostal, o durmiendo en la casa de algún vecino del lugar, y fue su primera incursión en el moderno mundo del podcasting. Michael dice que uno de los aspectos más gratificantes del podcast fue la respuesta de los oyentes diciéndoles que sus experiencias en el camino les estaban ayudando a aprender cosas nuevas y a abrirse a otra gente y a aventuras nuevas.
“A veces el podcast era frustrante, otras humillante al sentirnos como aficionados, pero la mayor parte del tiempo era muy, muy divertido,” dice Michael. “Normalmente estábamos los dos sentados en el suelo con el teléfono en el medio y una sábana o algo cubriéndonos para reducir el ruido, como si fuéramos dos chicos dentro de un fuerte.” Ambos se ríen al recordarlo.
¿Son bien aceptadas las bicicletas en América Latina? Pregunta a cualquier amante de la bici y te dirá sin dudar en qué ciudad o país se ha sentido mejor acogido, o cuál tiene la mejor infraestructura. Tanto Crosby como Michael coinciden en que, aunque en su viaje hubo muchos sitios aptos para bicicletas (Lima en especial, seguido de cerca por Ciudad de México y Santiago), la ganadora fue Colombia.
“Básicamente el único país en el que me sentí genial,” comenta Crosby. “La concientización y el apoyo a los ciclistas allí es el mejor.
En cuanto a lo que van a hacer más adelante, mientras Crosby y Michael están de vuelta en casa descansando, ya planean montar en bici por Estados Unidos en verano. ¿Tienen pensado volver a hacer otro gran viaje como éste a largo plazo? Ambos cruzan sus miradas, con un brillo especial en los ojos.
“Por supuesto,” coinciden, pensando en Europa o Estados Unidos.
Y para cualquier entusiasta del ciclismo que esté pensando en hacer su propio viaje largo en bicicleta, esta pareja ofrece un buen consejo: “No lo planees demasiado. Déjate llevar por el camino.”
Como pueden confirmar Crosby y Michael, el aventurero tiene muchísimo por encontrar: hacer nuevos amigos, disfrutar de vistas sorprendentes, y puede que, más que todo, estar a la altura de nuevos retos, crecer como persona y sentir el viento en la cara.
Para escuchar el podcast o saber más sobre sus viajes, ve a thespokentour.com