Ha sido un invierno lluvioso en Chile, y la capital Santiago ha visto su parte justa de regalo de los dioses de la lluvia. Tanto es así que hace poco el río Mapocho, de aspecto zombi, que atraviesa el centro de la ciudad, se desbordó, lo que llevó a Isaura Martínez Rojas, de Cochrane, Aysén, a dejar caer su kayak en el diluvio.

 

A fines de agosto, y por segunda vez este invierno, Martínez, de 20 años, que compite internacionalmente en competencias de kayak y aprendió el deporte con Escualos Cochrane, un club de kayak que afina sus habilidades en el caudaloso río Baker, en el sur de la Patagonia chilena, fue a remar en kayak en Santiago.

 

"Hace dos meses atrás con las lluvias los ríos explotaron en la región metropolitana, entonces con ansias agarre mi kayak y reme por el rio en medio de la capital", cuenta Martínez. En su última excursión por el Mapocho lo acompañó su amigo Vincente Chomon.

Para Martínez, la protección de todos los ríos de Chile, incluso del Mapocho urbano, es importante.

 

"La vida citadina, te vuelve tan monótono, la rutina te quema y nos provoca a masas consumistas. Dejamos de fijarnos en detalles. En que momento dejamos de impactarnos por las pequeñas simplezas del dia dia, como pasar por Baquedano y observar el ciclo del agua del Mapocho. ¿Tiene que tirarse una persona en kayak para mirarlo con otros ojos?" 

 

Añade Martinez: “Los kayakistas somos los guardianes de que el ciclo del agua siga fluyendo libremente. Yo me pregunto, en 30 años más será asi kayakear por los ríos del sur? Entre un rio sin orilla, convertido en canal de piedra con lavadoras y latas botadas, será remar entre lo despreciado y olvidado?"

La historia del Mapocho es similar a la de muchos otros ríos urbanos del mundo. Descuidado, deteriorado y contaminado hasta que los esfuerzos de organizaciones locales y activistas medioambientales iniciaron un nuevo interés por revitalizar las aguas y el hábitat del río. Durante años, se vertieron allí aguas residuales. Ahora, hace más de una década que está limpio de aguas servidas, pero normalmente el río está demasiado seco para los kayakistas.

 

En 2022, el gobernador de la Región Metropolitana de Santiago puso en marcha la iniciativa Mapocho Humedal Urbano para proteger un tramo del río, situado entre Vitacura y Lo Barnechea.

 

Aún así, Martínez dijo que el abandono sigue siendo visible. "Me impacto demasiado la basura alrededor, para mucha gente de la ciudad el rio es un lugar para ir a botar las cosas que no usa, en vez de ir a un vertedero".