Puchegüín: El fundo de "los miserables"

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Por Mauricio Fierro

Fierro es especialista en análisis forense de propiedades antiguas & paleo planimetría y director de Geoaustral
 
A mediados del año 2022, algunos medios de prensa y financieros, mencionaron brevemente el conflicto y preocupación entre los pobladores de la fronteriza comuna de Cochamo en la región de los Lagos, debido al aviso de venta de una supuesta propiedad de 131 mil hectáreas, publicado durante algunos meses en la página web de la corredora de propiedades internacional Christie´s. El responsable de esta polémica, es un oscuro sujeto llamado Roberto Hagemann Gertsmann, ideólogo y socio principal del fenecido proyecto de Central Hidroeléctrica Mediterráneo sobre las aguas de Río Manso, al interior de la cuenca patagónica binacional del Río Puelo. De este frustrado negocio energético, también participaban financieramente amigos íntimos y asesores del ex presidente Sebastián Piñera, los cuales efectuaron en su momento un escandaloso proceso de tráfico de influencias sobre las autoridades ambientales de la región de los Lagos.
 
Tras el fallido intento por construir esta central hidroeléctrica, Roberto Hagemann, decide poner en venta las “acciones y derechos” adquiridos en su momento sobre una ambigua propiedad denominada “Fundo Puchegüín”, la cual cubriría imaginariamente un 30 % de la comuna de Cochamo. Ahora bien, para entender el origen histórico de este conflicto territorial, debemos remontarnos a finales del siglo 19 y principios del 20.
 
Desde finales del siglo 19 y las primeras décadas del siglo 20, la situación de la propiedad de la tierra en el sur de Chile fue uno de los mayores problemas territoriales de los gobiernos de la época, ya que se creó un verdadero mercado negro de tierras, producto de la corrupción de autoridades públicas y tribunales de justicia, en complicidad con empresarios, falsos colonos y especuladores, causando reiterados despojos territoriales sobre comunidades y etnias originarias, mediante usurpaciones, embargos de terrenos por deudas ficticias, y la utilización de notarías públicas como verdaderas fábricas de títulos de dominio de propiedades, dando origen a imaginarios fundos de gran extensión territorial. Todas estas actuaciones ilícitas han sido estudiadas por historiadores y académicos en general, que avalan lo expresado en este artículo.
 
En lo especifico, el “Fundo Pucheguin”, es un ejemplo clásico de lo mencionado en el párrafo anterior, y cuyo registro de título de propiedad fue fabricado en papel por primera vez en una notaría de Puerto Montt el año 1913, anotándose como propietarios a Rosario Huidobro y José Rubelindo Gutiérrez, e indicando los deslindes prediales que copio textual “desde el Río Concha o Cochamó por el Norte, hasta el Río Puelu o Puelo por el Sur, la Marina o boca de Reloncavi por el Oeste y sus centros hasta la cordillera Nevada por el Este”. Cabe hacer notar que estos límites probablemente fueron obtenidos directamente de un ambiguo plano de la provincia de Llanquihue, elaborado por F.A. Fuentes L., e inserto con el N°32 en la obra titulada “Geografía Descriptiva de la República de Chile” de Enrique Espinoza”, editada en 1897.
 
Posteriormente el año 1924, después de reiteradas transferencias de dominio en porcentajes o cuotas de este registro, seis sujetos proceden a nuevamente a “cocinar” en una notaría pública de Puerto Montt, un nuevo título de dominio, pero esta vez a nombre de una sociedad agrícola de papel llamada Puchegüín, compuesta por los socios Enrique Miquel R., Alfredo Goycolea Walton, Alberto Manselli Martínez, Bernardino Cárdenas, Jilberto Monje y Belarmino Henríquez.
 
Si bien esta sociedad agrícola, copio y reitero los deslindes del fundo que habían sido obtenidos directamente del plano de la provincia de Llanquihue ya mencionado, esta vez introdujeron cambios en la forma, pero no en el fondo de los deslindes, quedando registrados definitivamente de la siguiente manera:
 
“Norte, Río Concha o Cochamo; Sur, Río Puelu o Puelo; Este, la cordillera nevada; y Oeste, la marina o Boca de Reloncavi”.
Posteriormente, en 1947, el Ministerio de Tierras y Colonización de la época, por decreto oficial trato de impugnar este registro de título ya que no cumplía con los requisitos de la Ley Austral (DFL N°1600 de 1931 y sus modificaciones), pero en 1953, producto de un insólito fallo judicial no exento de corrupción, el fisco de Chile fue obligado a reconocer este fraudulento registro de propiedad, el cual lamentablemente está vigente hasta el día de hoy.
 
La ambigüedad de los deslindes demuestra un evidente desconocimiento geográfico del lugar, y en la práctica, esta sociedad agrícola nunca realizo ocupación material del fundo, ni antes o después del registro notarial de 1924, como lo demuestran las tempranas exploraciones y testimonios técnicos de Francisco Vidal Gormaz (1872), y Hans Steffens (1895) en sus bitácoras y mapas, además de otras expediciones realizadas por el gobierno de Chile en la búsqueda de los orígenes de las aguas del Río Puelo, su geología y muy especialmente la delimitación de las fronteras nacionales, todas las cuales nunca mencionaron existencia de ocupación humana al interior de la cuenca del Rio Puelo. Más aún, entre los años 1910 y 1933, se produjo un proceso de colonización de la cuenca superior del Río Puelo, efectuada por chilenos y extranjeros, que ingresaron desde Argentina a través del Paso Puelo – El Bolsón, debido a la expulsión agresiva efectuada por las autoridades de Argentina, como consecuencia del polémico proceso de fijación de límites entre Chile y Argentina. Para legitimar esta ocupación de tierras, el Ministerio de Tierras y Colonización, desde el año 1933 y hasta mediados de los años 50, inicio un intenso proceso de asignación de títulos de dominio al interior de la cuenca, ya que siempre fue un territorio fiscal, proceso que aún continua vigente bajo nuevas leyes y el Ministerio de Bienes Nacionales.
 
Finalmente, el sujeto Roberto Hagemann, desde el año 2010 en adelante, emprende reiterados procesos de compra de derechos de herencia sobre este fundo, con el fin de asegurar la construcción de la Central hidroeléctrica Mediterráneo y su tendido eléctrico, pero al fracasar en su intento por cuestiones ambientales y financieras, y siendo un evidente opositor al desarrollo ecoturísticos de esta comuna, opta por la venta de derechos de títulos de esta propiedad imaginaria, siguiendo los pasos de los sujetos miserables que crearon este problema hace casi 100 años, y que aún afecta a las generaciones actuales, cumpliéndose una antigua regla ética “la mayor riqueza de un miserable es la codicia, y su mayor pobreza es la generosidad” (anónimo).
 
(*) NOTA: MISERABLE - VER REAL ACADEMIA DE LA LENGUA - RAE.
Miserable
Del lat. miserabĭlis 'digno de compasión', 'lamentable'.
1. adj. Ruin o canalla. Apl. a pers., u. t. c. s.
2. adj. Extremadamente tacaño. Apl. a pers., u. t. c. s.
3. adj. Extremadamente pobre. Apl. a pers., u. t. c. s.
4. adj. Dicho de una cosa: Insignificante o sin importancia.
5. adj. Desdichado, abatido o infeliz. U. t. c. s.