Patagonia argentina: van más de 50 mil hectáreas consumidas por el fuego

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Foto: Nir EkdesmanFoto: Nir Ekdesman
 
Actualmente hay cuatro focos de incendio activos que afectan a los bosques nativos y a la biodiversidad en la Patagonia argentina. Expertos y críticos afirman que es necesario realizar reformas para evitar futuros problemas.
 
Por Sofía Jano
 
Tras más de dos meses de combate contra el fuego, la Patagonia argentina se encuentra en alerta por grandes focos activos que siguen destruyendo y poniendo en peligro bosques y especies nativas de flora y fauna, además de la seguridad de los habitantes y las comunidades de las zonas aledañas.
 
Los primeros focos de incendio se originaron en diciembre de 2024 en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en la provincia de Río Negro. Luego, a inicios del 2025, se activó un foco en la provincia de Chubut y, más tarde, el fuego arrasó con una parte del Área Natural Protegida Río Azul - Lago Escondido de Río Negro, lo que ha dado paso a nuevos focos de incendio activos, llegando actualmente a una pérdida de 50.636 hectáreas de bosque, según el último informe del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) de Argentina.
 
 
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Una difícil temporada
Después de tormenta eléctrica muy fuerte en el Parque Nacional Nahuel Huapi en diciembre de 2024, un incendio forestal causado por un rayo no ha dejado de arder hasta ahora, afectando a 12.072 hectáreas de bosque consumidas por el fuego, mientras que en el Parque Nacional Lanín se han perdido 23.844 hectáreas de importante flora y fauna.
 
Sofía Nemenmann, codirectora ejecutiva de la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, lamenta la pérdida de un valioso bosque milenario de araucarias a manos del fuego. “Esta temporada hemos vivido un récord en la cantidad de incendios de gran magnitud, provocados por diversos factores y agravados por un agravante en común: la falta de políticas de prevención y mitigación de incendios forestales”, expresó ella.
 
Este mes, el gobierno argentino anunció la creación de una agencia federal de emergencias para manejar de forma efectiva esta clase de catástrofes. Sin embargo, Nemenmann advierte que no se está a la altura para mitigar o evitar los daños irreversibles que han provocado los incendios. “Si bien el Estado está a cargo de los operativos de combate, no existe en la región un plan de gestión integral de la prevención y mitigación, de este tipo de sucesos. No podemos decir que estos incendios nos agarren desprevenidos, sabemos que son escenarios probables durante la temporada seca”, dice Nemenmann.
 
Actualmente, las autoridades correspondientes están haciendo todo lo posible para combatir las llamas, como el despliegue de 10 helicópteros y 3 hidroaviones para evitar la propagación del fuego.
 
Además, hace pocos días llegó desde Chile a la provincia de Neuquén el helicóptero conocido como “Súper Puma”, el cual tiene una capacidad para lanzar 3.500 litros de agua y será utilizado durante 14 días para controlar el grave incendio del Parque Nacional Lanín, específicamente en la zona del Valle Magdalena, el que ya ha consumido ejemplares de araucarias (Araucaria araucana) milenarias.
 
 
Foto: Nir EkdesmanFoto: Nir Ekdesman
 
 
El impacto del fuego en la flora y fauna
Según el Servicio Nacional del Manejo del Fuego del Gobierno de Argentina, el 95% de los incendios son causados por actividades humanas y, son las condiciones ambientales o las grandes plantaciones de monocultivos, las que agravan el pronóstico y control de las llamas.
 
” Las altas temperaturas, la falta de precipitación y los fuertes vientos predisponen a la vegetación a que, frente a una fuente de ignición, humana o no, el fuego se propague fácilmente lo que favorece el desarrollo de esta clase de incendios de gran severidad y magnitud”, explica Juan Paritsis, biólogo, geógrafo, e Investigador del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente del CONICET y docente de la Universidad Nacional del Comahue (Argentina).
 
En los últimos dos meses, dichas condiciones favorecieron la pérdida de especies forestales nativas, tales como el alerce (Fitzroya cupressoides), el coihue (Nothofagus dombeyi), la araucaria, el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) y la lenga (N. pumilio), siendo esta última una especie altamente sensible al fuego y de difícil recuperación tras un incendio.
 
Aún no es posible estimar con claridad los efectos de las llamas en los ejemplares de fauna de los sectores quemados, pero Paritsis indica que las especies más afectadas serían las que tienen menor movilidad o capacidad de dispersión, como los anfibios y los reptiles.
 
“Si extrapolamos los impactos relacionados con la pérdida de bosques de altura, entonces podemos inferir que las especies de animales asociadas a estos bosques son las que perderán más hábitat a largo plazo”, agrega Paritsis.
 
 
Foto: Nir EkdesmanFoto: Nir Ekdesman
 
 
La Patagonia en alerta
Si bien el daño ambiental ha sido duro, organizaciones ambientales como Asociación de Amigos de la Patagonia, activistas socioambientales, universidades, municipalidades, vecinos de las zonas afectadas y brigadistas están movilizando y liderando campañas para la recaudación de fondos en ayuda para las familias afectadas.
 
”Es asombrosa la respuesta de la gente ante esta situación. Hemos recibido una cantidad innumerable de ayuda, desde distintos sectores: docentes, choferes, fábricas de ropa, constructores y arquitectos. La red es infinita cuando el daño es grande y ese será el suelo fértil sobre el cual reconstruiremos cada casa perdida”, dice Nemenmann.
 
La urgencia de cooperación ha sido inminente, en especial la necesidad de fortalecer una ayuda conjunta entre Chile y Argentina. Los focos activos en el Parque Nacional Lanín y el Parque Nacional Nahuel Huapi también representan una amenaza para el Parque Nacional Villarrica, en la Región de la Araucanía, y la comuna de Cochamó en la Región de Los Lagos, respectivamente.
 
En Cochamó, las llamas lograron atravesar la frontera para llegar al sector cordillerano de Paso El León, donde el incendio fue controlado con la ayuda de cuatro helicópteros. Esto dejó al sector en estado de máxima alerta y preocupación.
 
A largo plazo, los expertos coinciden en que podemos esperar que los incendios continuarán amenazando el noroeste de la Patagonia debido al aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones a causa del cambio climático.
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“Nuestros estudios indican que, frente a estas condiciones, la ocurrencia de incendios en la región se duplicará o triplicará en las próximas décadas, por lo que el fuego será cada vez más un evento clave a tener en cuenta para la conservación y el manejo de los bosques andino-patagónicos, así como para la vida de las personas que los habitamos”, dice el biólogo Paritsis. 

 

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