Macarena Soler: el medio ambiente en la nueva Constitución de Chile

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Charla de Macarena Soler en las oficinas de Tompkins Conservation. Foto: Amigos de los ParquesCharla de Macarena Soler en las oficinas de Tompkins Conservation. Foto: Amigos de los Parques
 
Por Caterinna del Rio Giovannini
 
Tras cuatro semanas de protestas y movilizaciones sociales generalizadas en Chile a causa de la inequidad de ingresos, la exclusión política y el alto costo de la salud y la educación, el 15 de noviembre parlamentarios representantes de casi todos los partidos políticos del país firmaron un acuerdo destinado a frenar el estallido social con un referéndum que se llevará a cabo en abril de 2020. La iniciativa busca reemplazar la versión actual de la Constitución, redactada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet. La población chilena deberá responder dos preguntas: ¿Quiere usted una nueva constitución? y ¿qué tipo de órgano debería redactar la nueva constitución?
 
En una vasta expresión de democracia, decenas de miles de chilenos se han reunido en cabilidos y consultas ciudadanas dirigidas por los municipios a lo largo del país para conversar, informarse, entender y opinar respecto a la situación que atraviesa Chile. Para ayudar a contribuir a ese debate, el 18 de diciembre en las oficinas de Tompkins Conservation en Puerto Varas, Macarena Soler, abogada y fundadora de la ONG Geute Conservación Sur, dio una charla sobre las implicaciones ambientales de una nueva constitución. 
 
Los críticos dicen que hay numerosos problemas con la actual Constitución forjada por el gobierno militar. Una de las raices de la crisis social, la Constitucion comparte responsabilidad de asuntos de índole social como pensiones, salud y educación con entes privados; a diferencia de otros países de la región que se la asignan al Estado. Esta falta de garantías estatales ha hecho que el país haya tenido, en cambio, una mayor dependencia del libre mercado para satisfacer las necesidades sociales.
 
Para el medio ambiente, tal vez la mayor preocupación es que la Constitución consagra un sistema que privatiza los derechos de agua, haciendo de Chile el único país del mundo que hace de este recurso esencial para la vida y la agricultura un bien para ser comercializado y vendido. “Tenemos que saber priorizar el uso del agua. Y uno de los usos prioritarios debe ser el saneamiento. Eso quiere decir que tú tengas la cantidad de agua necesaria para vivir, para vestirte, para lavarte. Cuando priorizamos eso, empezamos a pensar en la distribución del agua. Pero al menos eso debe estar garantizado”, dijo Soler en su intervención.
 
“Pienso que el medio ambiente debe tratarse a nivel de principio, tiene que haber un compromiso con la biodiversidad, debe reconocerse que el medio ambiente es un asunto de interés público, tiene que reconocerse el principio de sustentabilidad, que hay límites en la extracción y en la utilización de la naturaleza”, agregó Soler. “Nuestro compromiso con las generaciones futuras para abordar el cambio climático debe quedar a nivel de principio”. 
 
Para Soler, la Constitución tiene cuatro defectos fundamentales: no tiene legitimidad social, exige muy altos quórums para reformarla, tiene un tribunal constitucional con reglas del sistema binominal y que protege una sistema neoliberal.
 
La abogada cree que esto queda en evidencia en temas relacionados con el derecho a la propiedad privada, donde hace poco el oficialismo exigió el principio de no regresión en términos de propiedad. Durante años el movimiento medioambiental ha tratando de exigir ese mismo principio para las normas ambientales. “Esto significa que siempre en el medio ambiente las normas deben ser cada vez más exigentes en torno a su protección, pero nunca nos dan la razón, en ninguna parte”, lamenta.
 
En el evento que parte de un ciclo de charlas que seria organizada periódicamente por Tompkins Conservation y la Corporación Amigos de los Parques sobre temas medioambientales, Soler admitió que hay mucho trabajo aún por hacer. “Nunca imagine en toda mi vida profesional, que iba a tener la posibilidad de hacer una Constitución nueva. Por eso lo que estamos haciendo es un ejercicio que está aún en desarrollo. A lo mejor en 15 días más hay 20 nuevas ideas”. 
  
Soler finalizó la charla invitando a confiar en este proceso, citando al filósofo y académico chileno Gastón Soublette: “¿A dónde va este movimiento mundial que está representado en Chile por estas demandas, por estas protestas? Yo creo que va a un cambio de paradigma cultural”. 
 
 
 
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