Cambio climático y Patagonia: Si los glaciares pudieran hablar…

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Un grupo internacional de científicos está reconstruyendo la evolución de un glaciar en el sur de Chile. Sebastién Bertrand
 
 
Cortando valles a través de los Andes hasta llegar a los fiordos afilados del sur de Chile hay una serie de setenta glaciares que componen el Campo de Hielo Patagónico Norte, casi todos ellos se están retirando. Para prever su futuro, los investigadores están mirando a su pasado intentando averiguar cómo el clima del pasado afectó a estos gigantes de hielo.
 
Un grupo de científicos ha reconstruido, por primera vez en el norte de la Patagonia, la evolución de un glaciar desde hace 5.400 años. El estudio se ha llevado a cabo por medio de los sedimentos que el glaciar ha ido dejado atrás y ha proporcionado pistas sobre las razones de su retirada.
 
“Los glaciares fluctúan naturalmente”, dice Sebastián Bertrand, un joven geólogo belga, quien acaba de regresar de su décimo viaje a la Patagonia. “Lo que ha sido alarmante en las últimas décadas es el ritmo acelerado de retroceso de los glaciares.” La mayoría de los glaciares patagónicos está retrocediendo—con la excepción de Perito Moreno y Brüggen / Pío XI-Bertrand. Bertrand piensa que mirar hacía atrás le ayudará a entender cómo los glaciares se adaptarán al cambio climático en el siglo XXI.
 
Bertrand, un investigador postdoctoral en la Institución Oceanográfica Woods Hole en Massachusetts y la Universidad de Ghent en Bélgica, se especializa en la paleoclimatología -el estudio de los cambios climáticos a través del tiempo- y acaba de publicar un estudio que analiza los sedimentos dejados por el glaciar Gaulas, un témpano de hielo de 120 kilómetros cuadrados que se ha esculpido un camino de 20 kilómetros a través de los Andes patagónicos, en el sur de Chile.
 
Durante miles de años el glaciar se deshizo de sedimentos en el Golfo Elefantes, un lago glaciar del que Bertrand tomó un núcleo—core, en inglés—de sedimento en un crucero de investigación en 2005. El core tiene 50 metros de largo y se compone de 5.400 años de sedimentos depositados en forma de capas de arena, limo y materia orgánica dejados por el glaciar Gualas.
 
“Cuando el glaciar avanza, crea partículas de sedimentos al erosionar la roca sobre la que se desliza”, me dijo Bertrand. “Sin embargo, cuando un glaciar se retira -cuando el hielo se derrite-, es entonces cuando la mayor parte de este sedimento es transportado por los ríos de agua derretida hasta los fiordos.” El análisis de las capas de sedimentos y la datación por radiocarbono de la materia orgánica (pedazos de árboles y restos de cáscaras que contienen carbono orgánico) reveló que el glaciar había visto tres grandes períodos de avance en los últimos 5.400 años. Éstos se habían producido entre 4.200 y 900 años atrás, en un tiempo que los geólogos llaman el período de ‘Neoglaciación’.
 
Pero junto a los avances del glaciar también había retiradas. La más drástica de las cuales ocurrió durante el siglo pasado. El glaciar Gualas ha retrocedido 8.9 kilómetros desde 1898, incluyendo 2,8 kilómetros en los últimos 25 años. Estas conclusiones fueron extraídas de registros históricos que incluían fotografías aéreas, imágenes satelitales y observaciones hechas por el geógrafo alemán Hans Steffen en 1898.
 
“Steffen fue contratado a mediados del siglo XIX por el gobierno chileno para explorar la parte del sur y en general la marina de Chile”, dice Fernando Torrejón, un historiador chileno que colaboró con Bertrand en su estudio. Torrejón trabaja en la EULA, un instituto multidisciplinario que proporciona datos históricos para proyectos científicos como el de Bertrand. “Todos quieren registros históricos porque [ésto] establece una línea de base sin intervención humana o una intervención humana mínima”, dice Torrejón.
 

El mapa que creó Hans Steffen en 1910 sobre sus observaciones en un viaje a la Patagonia chilena en 1898. Fernando Torrejón
 
 
¿Existe una forma de decir qué factores ambientales han causado los avances y las retiradas de los glaciares patagónicos a lo largo de la historia?
 
Los glaciares se expanden y se contraen dependiendo de una variedad de factores, dice Bertrand, como los vinculados al clima—temperatura, precipitaciones, radiación solar—y los aspectos geológicos, como la morfología de la roca y el comportamiento físico del hielo.
 
Bertrand quería ver si las grandes fluctuaciones que encontró en el core podrían estar vinculadas a alguna causa específica. Para ello, su equipo examinó las temperaturas superficiales del mar y los registros históricos de polen -un indicador del nivel de precipitación: cuanto mayor sea la cantidad de polen, más precipitación hubo ese año- y concluyeron que el rápido retroceso de los glaciares de Campo de Hielo Patagónico Norte fue impulsado por cambios en los niveles de precipitaciones invernales mientras, al otro lado de los Andes, la temperatura parece ser la fuerza impulsora detrás de las fluctuaciones de esos glaciares. El estudio de Bertrand, publicado en marzo en la revista Climate of the Past.
 

Sebastién Bertrand colectando datos en la Patagonia chilena. Sebastién Bertrand
 
 
Bertrand y sus colaboradores han estado recolectando muestras de sedimentos y aguas patagónicas desde hace años para mejorar nuestro entendimiento de los efectos del clima en el pasado. En comparación con el hemisferio norte, dice Bertrand, el clima del hemisferio sur está relativamente poco estudiado.
 
Las fluctuaciones glaciares tienen profundas implicaciones para la disponibilidad de agua dulce y el aumento del nivel del mar, dice Bertrand. Cómo encajan éstas en el ciclo del agua es crucial para entender su futuro y es mirando hacia su pasado como podremos obtener respuestas sobre cómo responderá a un entorno cambiante. 
 
Originalmente publicado en Science Friday en Español.
 
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