La nevazon y el viejito pascuero troyano

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Tras el casi terremoto blanco (“chubasco de nieve” según el pronóstico de meteochile) que nos ha afectado en la región y tras todo lo que ha pasado, no puedo dejar de hacer algunas comparaciones con lo ocurrido con el terremoto del 27 de febrero en las regiones del centro sur. Si bien los daños y consecuencias son incomparables, nos encontramos en ambos casos con algunas similitudes, especialmente en lo que respecta a la vulnerabilidad y la improvisación con que se actúa.

Si en lo personal, como ciudadano dentro del límite urbano de la capital regional, me quede sin luz, radio, teléfono y TV (¡para ver las finales del mundial de fútbol!), durante prácticamente dos días y recién logre sacar mi camioneta a ocho para a los dos tener que abandonarla en panne,  y en nuestra oficina el agua estuvo cortada, me imagino como lo habrán pasado  y estaban en lugares mas apartados donde a los diez días aun habian170 personas aisladas.

Así es, como durante esa semana nos enteramos de gimnasios y otros galpones hace poco inaugurados que se vienen abajo, que el Servicio de Salud no cuenta con ambulancias doble tracción, ni las postas generadores de energía para emergencias, de que Vialidad no cuenta con las maquinarias suficientes e indispensables para mantener la famosa conectividad, que la Intendente a dos días de la nevazón admitía no saber de varias localidades por falta de comunicación con ellas, y que a diez días, aun había lugares donde no se reponia la energía y caminos.   Se agrega la incomunicación aérea y un aeropuerto atochado y no preparado, ni diseñado para estas eventualidades y también los problemas que enfrentan los ganaderos, quienes según alguna autoridad están preparados para estas circunstancias y según otras necesitan ayuda urgente…  Y finalmente, se contó con una información parcial e insuficiente y que se fue filtrando de a poco; así difícilmente uno se puede hacer un cuadro de la real magnitud de los problemas existentes.

Tal como sucedió con el terremoto del 27 de febrero, aquí uno vuelve a preguntarse como es que se llega y ocurre toda esta falta de preparación y prevención, como es que nuestra institucionalidad e infraestructura se  vuelve tan castillo de naipes ante la emergencia.

Junto con esto, me llamó la atención que según se lee en la prensa, si no es por los helicópteros de Energía Austral e HidroAysen y las cuadrillas de Chilectra (subsidiaria de Enersis, al igual que Endesa) que llegaron a socorrer a Edelaysén, la situación habría sido infinitamente peor y debemos estarles sumamente agradecidos. La verdad es que ya me había pasado algo  parecido para cuando fueron las inundaciones de febrero 2009 y en el Baker solo se contaba con el helicóptero y la lancha de HidroAysen para afrontar la emergencia. Al menos eso es lo que parecía y sintieron los afectados, quienes por cierto también lo son del megaproyecto ese que se encuentra en evaluación de impacto ambiental.

¿ Es que el Estado Chileno no cuenta con los medios para afrontar emergencias como  le corresponde ? ¿Es que el neoliberalismo llega a tal extremo que hasta para las emergencias dependemos de la gran empresa transnacional ?  ¿Es que nuestra infraestructura se construye con estándares de calidad tan bajos ? ¿Es que Edelaysen y en su castillo kafkiano en Osorno (SAESA) no son capaces de entregar y reponer el servicio como les corresponde, ni tienen cuadrillas disponibles para ser enviadas en las regiones de Los Ríos y De los Lagos ? ¿Es que en Santiago donde el lunes 19 la mitad de la ciudad se quedó nuevamente sin energía ni transporte, Enersis tiene nada que ver con eso, ni necesita a su personal en esa urgencia ?

Lo mas simpático es que en HidroAysen justifican su aporte como “política de buenos vecinos”. La verdad es que esta caridad o ayuda que se pregona a los cuatro vientos se parece mas al caballo de Troya que a la del buen samaritano. No olvidemos que esta empresa necesita urgentemente caer bien a las y los aiseninos, a las autoridades y a Edelaysen y que “las empresas no son institución de beneficencia” como me lo dejó bien en claro un empresario un tiempo atrás, o sea hacen nada gratis. ¿Será parte esta “ayuda” del “solucionar muchas postergaciones y aspiraciones de mucho tiempo”, como lo expresa el Vicepresidente de HidroAysén en su última entrevista. Aspiraciones y postergaciones con que nos encontramos de sopetón y con toda crudeza ya en los tiempos de Alumysa en Puerto Aisén y que parecen ser una constante del modelo de desarrollo imperante. La idea pareciera ser, que todo este dispuesto para la llegada del viejito pascuero troyano y reemplazar el histórico paternalismo estatal por aquel de la gran empresa. 
 

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