Ecoceanos News - La empresa Scottish Sea Farms (SSF) solicitó alejar al defensor ambiental Don Staniford a menos de 15 metros de todos sus centros de cultivos y propiedades marinas. Con anterioridad, transnacional salmonera noruega, Mowi, había emitido una prohibición similar contra Staniford con respecto a sus instalaciones en Escocia. La orden judicial fue presentada al Sheriff de North Strathclyde por los abogados Shepherd y Wedderburn en representación de la Scottish Sea Farms. Ellos señalaron que en diversas ocasiones desde el 2018, el activista Staniford visitó sus centros de cultivo “sin invitación y sin permiso” para realizar videos para las redes sociales. Los abogados corporativos sostuvieron que estas incursiones fueron ilegales y que su conducta plantea un riesgo para la seguridad y el bienestar del personal de la empresa.
Shepherd y Wedderburn señalaron que “el perseguidor (SSF) no tiene conocimiento de qué capacitación -si la hubo-, ha recibido el defensor (Staniford) en términos de la legislación y regulaciones que se aplican a la industria de la acuicultura». Agregan que “la presencia del defensor y sus asociados en los sitios de acuicultura del perseguidor representa un riesgo para la salud y la seguridad del personal del perseguidor. La presencia del defensor y sus asociados en los sitios de acuicultura del perseguidor representa un riesgo para su propia salud y seguridad”.
Tan falso como el color del salmón de cultivo: “Staniford pone en peligro su propia vida, la de nuestro equipo y a las poblaciones de peces(sic)”
Los abogados de la compañía de capitales noruegos afirmaron en su solicitud que “las visitas de Staniford ponen en riesgo la bioseguridad en los sitios marinos”, para luego indicar de manera condescendiente que “No se prohibirá al defensor (Staniford) actuar legalmente como activista ambiental”, afirmando que “los términos del interdicto solicitado no interfieren con el ejercicio responsable de su derecho a protestar pacífica y legalmente”.
Por su parte, Gerry McCormick, el jefe sanitario y de seguridad de SSF, dijo: “Las visitas no autorizadas a nuestros lugares de trabajo sin comprender los estrictos protocolos de salud, seguridad y bioseguridad vigentes, ponen vidas en riesgo (…). Por lo tanto, si bien entendemos y respetamos el derecho de un individuo a protestar, simplemente no podemos permanecer en silencio mientras alguien pone en peligro su propia vida, la de nuestro equipo y las poblaciones de peces”. McCormick sentenció que “Habiendo intentado repetidamente en los últimos años transmitir los riesgos y peligros potenciales, pero habiendo ignorado este consejo, no nos queda otra opción que buscar intervención legal para ayudar a mantener a todos libres de daños”.
La empresa Scottish Sea Farm opera en Escocia a través del Norskott Havbruk, siendo un joint venture 50/50 de las empresas noruegas Lerøy Seafood Group ASA y SalMar AS. Estas empresas poseen inversiones en Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos, Portugal, España, Italia, Turquía y las Islas Shetland.
Don Staniford está representado por el abogado Jamie Whittle, socio del bufete de abogados R & R Urquhart de Forres, y abogado de referencia de la Environmental Law Foundation, una organización benéfica que se describe como “la voz de la gente común y las comunidades que deben ser escuchadas en asuntos que afectan el ambiente en el que viven”.
Centro Ecocéanos: Unidad internacional de los defensores ambientales y de derechos humanos para enfrentar estrategia de amedrentamiento de la mega industria salmonera global
En Chile, el Centro Ecocéanos entregó su solidaridad con Don Staniford, -fundador del Salmon Scottish (ex Salmon Scottish Watch) y director del Salmon Farm Protest Group (UK)-, indicando que “es un destacado compañero de lucha, quien desde hace 18 años viene monitoreando y entregando valiosa informa documentada a la opinión pública sobre eventos de contaminación química, empleo de fungicidas tóxicos, el empleo abusivo de antibióticos y antiparasitarios, matanzas de focas, infestaciones masivas de parásitos. y escapes masivos de salmones desde los centros de cultivos”.
Juan Carlos Cárdenas, director ejecutivo del Centro Ecoceanos, indicó que este nuevo amedrentamiento de las compañías salmonera contra Staniford “es parte de una coordinada campaña comunicacional y de acusaciones legales que la mega industria salmonera está implementando en Chile, Noruega, Escocia y Canadá, con el objetivo de intimidar a los defensores ambientales, de derechos humanos, y las comunidades costeras e indígenas que resisten a sus destructivas operaciones y expansión territorial” (1),(2).
La salmonicultura transnacional: Un poder fáctico que amenaza la democracia, el medio ambiente y los derechos ciudadanos
El médico veterinario y director de Ecoceanos alertó a la ciudadanía sobre el papel que está jugando la billonaria industria del salmón en los países y territorios donde opera, al controlar tanto a funcionarios gubernamentales, medios de comunicación, como a políticos y parlamentarios.
“Esta opaca situación amenaza el sistema democrático de las sociedades donde opera -como es el caso de Chile-, donde constituye un “poder fáctico” que influye y condiciona las políticas públicas, debilita los proyectos de ley que protegen el medio ambiente, la salud pública y la biodiversidad marina, o realizan acciones en los tribunales para debilitar los controles gubernamentales, la participación y el control ciudadano”.
Por ello, el Centro Ecoceanos llamó a las organizaciones ciudadanas, de derechos humanos, consumidores y comunidades costeras, a estar alerta y denunciar las acciones intimidatorias de la industria salmonera contra las organizaciones y activistas a nivel global
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