La corriente de Humboldt a lo largo de la costa occidental de Sudamérica ha engendrado una biodiversidad muy alta. Extendiéndose desde el sur de Chile hasta las Islas Galápagos, frente a Ecuador, esta corriente fría y rica en nutrientes también crea las condiciones para las pesquerías más productivas del planeta, actualmente responsables de cerca del 20% de los mariscos que se consumen en todo el mundo.
A lo largo de los 8.385 kilómetros de costa de Chile, y debido a la mala gestión y a la pesca ilegal, casi el 60% de las pesquerías del país están actualmente sobreexplotadas o colapsadas.
Es en este preocupante contexto en el que se fundó Costa Humboldt en 2012 para conservar la biodiversidad biológica y cultural de las zonas marinas costeras de Chile.
La organización sin ánimo de lucro busca soluciones integrales y colaborativas a los desafíos económicos, sociales y medioambientales que afectan a la costa. Su trabajo implica a todos los sectores de la sociedad, desde el gobierno hasta el sector privado, pero se basa principalmente en el trabajo conjunto con las comunidades locales. Sus proyectos también tienen en cuenta las escalas nacional y regional de los problemas, con el objetivo de lograr ecosistemas costeros marinos más resilientes, capaces de albergar diversos estilos de vida.
¿Cómo alcanzar la conservación y manejo de los recursos naturales en concordancia con los atributos culturales en los diferentes territorios? Es una pregunta que enmarca el quehacer de Costa Humboldt y que abarca cinco áreas principales: mejoramiento pesquero, manejo ecosistémico, planificación espacial costero-marino, cambio climático y políticas públicas y regulación.

Durante sus 12 años de existencia, Costa Humboldt viene ofreciendo distintas herramientas y proyectos para alcanzar su propósito: ha desarrollado docenas de reportes y publicaciones científicas y 8 planes de manejo asociados a Espacios Costeros y Marinos de los Pueblos Indígenas (ECMPO), ha promovido el desarrollo de políticas públicas y educación ambiental. Además, han sido pioneros en un programa de conservación para proteger peces de roca, especies que en las últimas décadas han estado sometidas a una gran presión.
“Ya no es posible ver a nuestros mares como un fiel proveedor inagotable de recursos. Esa visión cambió drásticamente, principalmente por los fuertes y pronunciados cambios que están experimentando los océanos”, dice Luciano Hiriart-Bertrand, fundador y presidente ejecutivo de Costa Humboldt y biólogo marino con un máster del prestigioso Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego.
Costa Humboldt entiende a los ecosistemas marinos como formas de colaboración, capaces de sostener la existencia de antiguas formas de vida y, a su vez, dar cabida al desarrollo de nuevas actividades culturales y oficios más acordes a los nuevos tiempos, posibilitando así la existencia de un nuevo equilibrio entre lo natural y lo cultural.
“Abordamos estos desafíos mediante programas de restauración ecológica que buscan recuperar praderas submarinas de algas, bancos naturales y pesquerías”, explica Hirart-Bertrand. Y agrega: “Nuestro enfoque en la conservación productiva de algas pardas se articula en tres ejes: conservación de praderas naturales, restauración de áreas degradadas y acuicultura de algas pardas. Este modelo, en colaboración con comunidades locales, promueve la recuperación de la biomasa, facilitando la regeneración de especies clave y la creación de oportunidades económicas sostenibles para la región”.
Visita Costa Humboldt en www.costahumboldt.org para más información.