Testimonio de una mujer aysenina

Print
 
Magdalena Rosas - Hoy es domingo 26 de febrero, son las 14:25 de la tarde. Lo que voy a tratar de escribir es un testimonio de lo que vi ayer en Aysen, voy a tratar de describir la fuerza pero también el dolor, la paz, pero también la espantosa violencia, pero sobre todo el amor del patagon por su tierra, la solidaridad patagona que es tan única, la fuerza de los ayseninos y ayseninas que hoy ponen su cuerpo como escudo de lucha.
 
No quiero escribir algo bélico, que se mal use en contra de este tremendo movimiento social que se llama “Aysen tu problema es mi problema”. ¡Se tergiversan tanto las cosas, corren tantos rumores, hay tanta violencia! Los que me conocen saben que soy apasionada pero leal a principios de humanidad. Que no tengo ni tendré militancia política en mi vida, que lo que me anima son los valores de la justicia que me enseñaron mis padres desde niña. Por eso este testimonio trata de ser lo mas objetivo posible, aunque perdóneme ustedes, lo objetivo esta contaminado con la rabia y el dolor, como ese carboncillo negro que se me instalo en las manos ayer al recorrer el Monumento Nacional Puente Ibañez.
 
Este testimonio NO es una diatriba contra este gobierno, aunque esta contaminado por la rabia que me da esta soberbia de no ser capaz de conversar y en vez de eso enviarnos a los patagones, aviones hércules llenos de fuerzas especiales que lo único que hacen es violentar a la gente y dispararle a la cara, a ciudadanos tan chilenos como ellos. Dispararles a la cara. SI. los testimonios de los visitadores de derechos humanos entre los que me encuentro, las presentaciones a la fiscalia, las observaciones de la defensoria penal publica aparecidas en la prensa dan cuenta de ello.
 
Casi al llegar a la ciudad de Aysen en mi camioneta a la que milagrosamente todavía le queda combustible (el suministro de camiones grandes esta cerrado por acuerdo de los camioneros, que hacen parte de este movimiento) con el obispo y seis observadores de derechos humanos. Tres de ellos viajando en la pic-up de la camioneta contra lluvia y viento , el obispo nos dijo: Prepárense, Aysen es una ciudad ocupada. Una ciudad tomada por el movimiento social, me dijo Juan Vera, hermano de Luis Gallardo Vera, joven de 21 años que fue baleado en la cara por balines en el Monumento Nacional Puente Ibañez y que tuvo que ser trasladado de urgencia a Santiago, porque en nuestra región de Aysen no hay como resolver un problema de este tipo, como muchos otros de salud, vivienda, transporte, y que motivan este movimiento.
 
Son muchos los heridos y detenidos en estos trece dias de movilización. En este viaje, con el coordinador regional de Observadores de derechos humanos, tomamos testimonio de Juan Vera, hermano de Luis y a otro hombre que llega con un balin incrustado en el cuello, otro en la pierna y uno al lado derecho cerca del hombro.
 
Tratamos de ayudar a los observadores de Aysen. Los observadores de Aysen, ademas de ayudar a sacar fotos de la violencia policial, están ayudando en algunos casos a retirar a los heridos del Puente Ibañez.
 
Lo grave es que ellos no tienen casco, chaquetas que los identifique, nada. En realidad estos trabajadores voluntarios ponen de su parte con todo lo que significa ser observador: Bencina para los autos cuando la hay, cuentas de teléfono, alimentación, y que decir que muchas veces están arriesgando la vida en el mismo lugar.
 
Llegar a Aysen es dantesco, mas dantescas han sido cuando las fuerzas especiales comienzan a tratar de tomar el puente con sus carros, guanacos, y balines, me dice toda la gente. En Aysen hay mucha calma. Después del desalojo del puente el viernes, (me rehusó a usar lenguaje bélico, porque esto no es una guerra de chilenos contra chilenos) los pescadores tienen controlada la Ribera sur y estan limpiando el puente para dejar libre circulación de personas. Mamàs con coches de bebes,hombres, mujeres , niños, adultos mayores que cruzan de un lado al otro sin problemas. El puente està lleno de material, cascaras de autos quemados, restos de troncos y todo el material que sirva para frenar a las fuerzas especiales.
 
El suelo esta lleno de restos de bombas lacrimogenas, unas cositas plásticas chicas que no se que son y alguien me dice que son balines, me muestra bolitas de vidrio y me dicen que usan tiros con estas bolitas, lo mismo que con acero. Made in Usa, dicen algunas bombas lacrimogenas y pienso que con los impuestos se pagan estas bombas.
 
El dinero de los chilenos es usado contra los chilenos. Los hombres vestidos con ropas de trabajo, parkas, chaquetas, mirada cansada, pero enérgica. Saludan con mucho afecto cuando ven nuestra credencial. Conversan, fuman, algunos se ven muy cansados, pero todos firmes.
 
Es impresionante la firmeza y la determinación de ellos. No es primera vez que tenemos estos enfrentamientos me comenta un hombre de rostros enérgico, nos han disparado desde los helicópteros en manifestaciones anteriores. Estan organizados, en cuadrillas, salen en la noche a cuidar a los adolescentes que consumen alcohol en la calle y quieren delinquir. “estos cabros chicos nos dan mas trabajo” me dice uno de ellos.
 
Recorremos las calles de la ribera sur, llenas de barricadas, en una esquina donde la barricada en mas grande y duermen personas al lado de un àrbol, encuentro a un niño , se llama Alex, tiene catorce años y juega, tratando de encender una bomba lacrimogena sin percutir. Gentilmente me la regala.
 
Visitamos la casa de Luis y Juan los hermanos Vera. Hablamos con el papà que es minusvalido, esta su abuelo. Nos cuentan como fue la situación en el puente. Este relato lo escuche hace dias atrás en la radio en vivo y lo escribí en uno de mis comunicados anteriores ¿se acuerdan? desde Aysen estaban reporteando el caso de luis. El y su hermano estan trabajando y quieren estudiar este año. Los dos estaban en la barricada “porque los ayseninos merecemos mas justicia” nos dice juan convencido.
 
Su hermando ha sido trasladado solo a Santiago. Nos movemos por teléfono para poder ayudar a juan para que se vaya a acompañar a su hermano, cuchi compra el pasaje por Internet y manda un mail a todos los amigos para juntar el dinero del pasaje…. Perdónenme , son las 15:10 y vamos saliendo a Aysen con los restos de petroleo que me quedan, la gente nos espera. Vamos varios artistas en mi auto a tocar para el final de la marcha convocada a las cuatro de la tarde.
 
Muchas gracias a todas y todos DIFUNDE PARA ROMPER EL CERCO INFORMATIVO, NO QUEREMOS MAS VIOLENCIA POLICIAL EN LA REGIÓN DE AYSEN, DÍGANLE AL PRESIDENTE POR FAVOR, QUE SE LLEVE A SUS FUERZAS ESPECIALES, SUS ZORRINOS QUE LLEGARON AYER. LOS AYSENINOS NOS RESPETAMOS Y NO NOS VAMOS A MATAR ENTRE NOSOTROS, PERDONEN LOS ERRORES. 
 
 
Magdalena Rosas es una escritora de Coyhaique, Aysen
 
Related articles :